Cuando una batería deja de funcionar, muchos piensan que el destino más fácil es la basura o el reciclador del barrio. Pero lo que pocos saben es que una sola batería plomo-ácido puede contaminar hasta 50.000 litros de agua si se maneja de forma incorrecta. Las baterías usadas contienen plomo, ácido sulfúrico y plástico contaminado, materiales que, si no se gestionan adecuadamente, ponen en riesgo la salud humana y el ambiente.

1. El peligro del plomo

El plomo es un metal pesado altamente tóxico. Cuando una batería es arrojada a la basura o abandonada en la calle, este metal puede filtrarse en el suelo y llegar a los cuerpos de agua. La exposición prolongada al plomo puede afectar el sistema nervioso, especialmente en niños, y causar graves daños a órganos vitales como los riñones y el hígado.

Por eso, su manejo solo debe hacerse en plantas especializadas con sistemas de recuperación y control de emisiones.

2. El ácido sulfúrico: invisible, pero letal

El ácido presente en el interior de la batería es altamente corrosivo. Si se libera, puede quemar la piel, dañar los ojos y corroer superficies metálicas. Cuando entra en contacto con agua o suelo, altera el pH natural y destruye microorganismos esenciales, afectando la fertilidad de la tierra y la vida acuática.

3. El plástico contaminado también representa un riesgo

Aunque la carcasa de la batería es de plástico, no puede reciclarse como un envase común. Está impregnada de plomo y ácido, por lo que solo puede ser tratada en instalaciones autorizadas que la limpien y procesen correctamente antes de su reutilización.

4. Botar la batería a la basura es ilegal y peligroso

Además del impacto ambiental, botar una batería usada junto con los residuos comunes viola la normatividad ambiental vigente en Colombia. Este tipo de residuos está clasificado como peligroso (RESPEL), y su disposición inadecuada puede acarrear sanciones tanto para empresas como para particulares.  Pero más allá de las multas, lo que está en juego es la seguridad de todos.

5. Qué hacer con tu batería usada

La forma correcta de hacerlo es simple y segura:

  1. No la abras ni intentes vaciarla.
  2. No la dejes guardada en casa ni en talleres.
  3. Llévala a un punto de recolección autorizado, como los que administra Recoenergy.

En estos puntos, las baterías se almacenan temporalmente y se envían a plantas de tratamiento que recuperan el plomo, neutralizan el ácido y reciclan el plástico de forma controlada. Así, el material vuelve a la cadena productiva sin contaminar el entorno.

La próxima vez que cambies la batería de tu carro o moto, piensa en lo que sucede con la anterior. Cada batería entregada responsablemente evita contaminación, protege el agua y reduce la extracción de nuevos recursos naturales.

Encuentra tu punto de recolección más cercano en www.recoenergy.com.co

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