Carro o moto, ciudad o carretera: cada persona elige su forma de moverse según su estilo de vida.  Mientras unos disfrutan la comodidad y el espacio del automóvil, otros buscan la agilidad y la adrenalina de la moto.  Pero hay algo que nos une a todos los que conducimos: la responsabilidad. No solo la que asumimos al conducir con precaución, sino también la que tenemos con el ambiente y los residuos que generamos.

El carro: comodidad, seguridad y conciencia

Los automóviles ofrecen estabilidad, confort y tecnología. Sin embargo, también implican mayor consumo de combustible y generación de residuos asociados al mantenimiento: aceites, llantas y baterías.

Conducir responsablemente un carro significa más que cumplir normas de tránsito:

  • Realizar revisiones técnicas periódicas.
  • Usar combustibles de buena calidad.
  • Cambiar las piezas y fluidos en centros certificados.
  • Entregar la batería usada en un punto autorizado cuando cumpla su vida útil.

Estas acciones pequeñas reducen emisiones y evitan que materiales contaminantes terminen afectando el suelo o el agua.

La moto: velocidad, libertad y compromiso

Para muchos, la moto no es solo un medio de transporte, sino una forma de vida. Permite ahorrar tiempo, dinero y facilita el desplazamiento en ciudades congestionadas.

Pero esta practicidad también exige responsabilidad en seguridad y sostenibilidad:

  • Usar los elementos de protección adecuados: casco, chaleco reflectante, guantes.
  • Respetar los límites de velocidad y las normas viales.
  • Realizar mantenimientos frecuentes.
  • Y, por supuesto, dar una disposición correcta a la batería plomo-ácido cuando llega el momento del cambio.

Cada batería mal gestionada puede contaminar miles de litros de agua, mientras que una entregada correctamente vuelve al ciclo productivo gracias a su reciclaje responsable.

Independientemente de si conduces carro o moto, la sostenibilidad está en los hábitos. El transporte es una de las actividades con mayor huella ambiental, pero también una de las que más puede transformarse con pequeñas acciones:

  • Evita recorridos innecesarios.
  • Mantén la presión de las llantas adecuada (reduce consumo de combustible).
  • Comparte viajes cuando puedas.
  • Prefiere repuestos certificados y duraderos.
  • Gestiona tus residuos automotrices de forma correcta.
  • El verdadero poder de movilidad no está solo en moverse rápido, sino en moverse bien.

Asi que recuerda: la responsabilidad ambiental comienza en decisiones cotidianas y tanto los conductores de moto como los de carro comparten un compromiso común: cuidar lo que los mueve y proteger el entorno que los rodea, y en Recoenergy trabajamos para que cada batería usada plomo-ácido tenga un cierre seguro, trazable y ambientalmente responsable. Porque conducir bien también es entregar bien.

Conoce los puntos de recolección en www.recoenergy.com.co

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